Otra de las grandes escenas recordadas por todos, es el sacrificio de Vegeta frente al poderoso Majin Boo.
En esta etapa de la serie, muchos ya se habían encariñado con Vegeta, y para muchos era (es y será) el personaje favorito de la serie, incluso para muchos más que Goku, por ese gran orgullo que lo caracteriza. Es por ello, que esta escena, pegó tanto en sus fanáticos, ya que hace de lado su orgullo para dar la vida por todos.
En mi experiencia particular, si bien respetaba mucho el personaje de Vegeta, no me había encariñado tanto, ya que a decir verdad, hasta ese entonces no había logrado grandes hazañas, ya que la única oportunidad que tuvo de haber ganado un combate fue contra el androide Cell y lo dejó pasar por engreído. La consecuencia que acarreó ese error, fue nada menos que la muerte de Goku y un buen susto para todos, que de no ser por Gohan, ubiese Cell ubiese eliminado a odos los guerreros Z. En esta oportunidad, nuevamente cometió un error al dejarse poseer por Babidi para poder pelear con Goku y generar el despertar de Majin Boo. Por otro lado, con respecto a su muerte, ya estábamos acostumbrados a ver morir a nuestros protagonistas y luego ser revividos por las Esferas del Dragón, y contando con las esferas del planeta Namekusei, la cantidad de muertes no era un problema, por lo que sabíamos que volveríamos a ver a Vegeta tarde o temprano.
Aún así, fue emocionante que dejara de lado su tan esperado combate con Goku y su orgullo y luchara para defender a la tierra. Y más emocionante fue la despedida con su pequeño hijo Trunks, a quien hasta ese entonces nunca le había otorgado una muestra de afecto.
Y es así como Vegeta utiliza sus mejores técnicas de combate frente al maligno Majin Boo y como técnica final, incrementa todo su «Ki» al máximo hasta generar una inmensa explosión que acaba con su vida, sin saber que el monstruo de Majin Boo se reconstruiría y seguiría ocasionando daño.
Momento cumbre en Dragon Ball Z: el sacrificio de Vegeta.